27/12/11

Surrealismo en estado puro II.

El sábado me reuní con toda mi familia materna para cenar. Cuando ya todos se habían acostado, me quedé hablando en el salón -porque le había tocado dormir en el sofá- con uno de mis primos. Le estuve hablando del chico con el que estoy viéndome últimamente. Él también me estuvo hablando de una chica que le gusta. Todo iba fenomenal hasta que, de repente, empecé a notar cómo su mano derecha iba aproximándose, lenta y disimuladamente, hacia mi entrepierna (¡!).
Seguíamos hablando. Yo me cambiaba de postura, pero estaba bloqueadísima. Es ese tipo de situaciones en las que no reaccionas de ninguna manera en concreto porque no estás asimilando realmente lo que está sucediendo.
Como vio que lo de la mano no daba resultado, tras hacer tres intentos, probó otras cosas como tocarme el pelo, la pierna etc.
El caso es que no sé cómo, pero fui saliendo del paso como pude.
Para acabar con aquella situación, propuse apagar la luz y dormirnos, él en el sofá y yo en un sillón pegado al sofá.
Parecía que aquello iba a ser la solución, pero ocurrió algo: bajo las mantas, nos cogimos de la mano.

Y tengo que admitir que sentí algo. Algo muy raro e indefinible -puedo decir que no era atracción sexual-. El caso es que en el sillón yo estaba jodidamente incómoda y congelada de frío, pero no quería irme a mi cama por tal de no soltar su mano (¿?).
Creo que sobra decir que esto es lo que me faltaba… xD.

23/12/11

Reflexiones VIII.

"Estoy harto. Tan harto que ya no sé si decirlo, escribirlo, gritarlo, o ponerlo con hache intercalada. Harto de que a los andaluces se nos etiquete de vagos, sin criterio, apesebrados, subsidiados o incultos. Harto de que se nos asocie únicamente con el flamenco, la juerga, los toros y el vino. Harto de Loperas y musho-beti, de cuentachistes, de famosillos de tercera división, de Malayas y... de Faletes. Harto de ver en las series de televisión los papeles de criada analfabeta o tontito con acento andaluz (¿y ningún presentador de informativo con nuestro acento?). Harto de ver programas de zapping con el patético programa de Juan y Medio mofándose de nuestros ancianos en busca de pareja, dando la imagen de personajes grotescos. Harto de nuestra imagen de sociedad subsidiada, cateta y sin criterio. Cansado de que se menosprecie nuestro acento. Harto de ver andaluces que únicamente triunfan en el programa de Patricia, Gran Hermano y similares. Harto de Jesulín, de Pozi, de Pantojas y Jurados. Harto del risitas, de Romerías del Rocío y Feria de Abril. Harto de la duquesa de Alba (a la que hicieron hija predilecta de esta tierra, tócate los pirindolos) de su hija, de sus hijos, de su yerno y sus trajes de flamenca. Y ahora de su boda. Harto de toreros que se lían con fulanas, del botijo y la pandereta. Harto, cansado, hastiado, aburrido me tienen. Ojalá alguna vez los medios se acuerden de los millones de andaluces que se levantan cada mañana para levantar esto, o de nuestros padres y abuelos que emigraron hace décadas a Suiza, Cataluña y País Vasco para trabajar donde nadie quería. Ojalá quien habla de nuestra incultura se acuerde de Séneca, Maimónides, Averroes, Góngora, Bécquer, Alexandre, Lorca, Juan Ramón Jiménez, Machado, Falla, Zambrano, Picasso, Velázquez, Murillo, Alberti, Blas Infante, Carlos Cano, Gala, Luis Rojas Marcos, Sabina… Ojalá se acuerden de que hablamos con acento andaluz abogados, marineros, médicos, albañiles, arquitectos, investigadores de alto nivel, camareros, taxistas, prostitutas, jueces, enfermeras, empresarios, policías, obreros, agricultores; se acuerden de millones de personas que se parten los cuernos cada día, desde Ayamonte hasta el Cabo de Gata, millones de andaluces que siguen haciendo Andalucía más allá de Despeñaperros… Ojalá este post lo leyera mucha, mucha gente. Ojalá diera la vuelta al mundo, aunque me temo que se quedará perdido en el inmenso océano de internet. También podría suceder que este post se expandiera por la red, que los andaluces lo enlazaran a través de facebook, tuenti o twitter, que se difundiera por email y llegara a todos los rincones del mundo, eso ya lo dejo en tus manos. Un abrazo."
Saludos, Prof. Juan José Ruiz Departamento de Química Física y Termodinámica Aplicada Universidad de Córdoba (Edificio Marie Curie).

- Pues parece que estás llegando bastante lejos; al menos yo no he dudado en hacer una pequeña contribución -

17/12/11

Dilemas internos XI.

Pues de momento va bien. Creo. Este chico está, como se suele decir, loco por mí.
Yo, por mi parte, voy a mi ritmo; y digamos que mi ritmo es tirando a despacio.
Me gusta que me bese y que tenga ganas de hacerlo constantemente, me gusta que me meta mano.
Me gusta, en general.
Pero ha pasado algo más, además de esto, en esta semana. Algo que probablemente llevo esperando que ocurra más de un año: El hombre que lleva tanto tiempo siendo mi dilema interno por excelencia, ha dado un paso importante.
Ahora, por primera vez, tengo algo contundente en lo que basarme para pensar que hay posibilidades entre él y yo. A pesar de todos los inconvenientes de siempre.
...
Es curioso que pase esto justo en el momento que empiezo "algo" con otro; me hace hasta gracia.

11/12/11

Experimento I.

Mañana he quedado con un chico que conocí el año pasado en la facultad. Fue bastante raro, y gracioso al mismo tiempo. Me saludó como si me conociera y yo, pensando que tal vez le conocía (pero no le recordaba), le saludé también. Hablamos un rato. Me dí cuenta de que no nos conocíamos de antes (xD). Me pidió mi número de móvil y se lo dí. Me llamó varias veces para proponerme vernos. Yo sabía por dónde iba el asunto, y como tenía a otra persona más interesante en la cabeza... no llegamos a vernos. Este chico me caía -y me cae- muy bien: es agradable, tiene buena conversación, es inteligente, gracioso, tiene un punto tierno y, en cierta forma, me atrae. Pero me crea cierta desconfianza. No sé si es por eso que siempre me dicen: "Tú siempre desconfías de todo lo que realmente deseas". O si simplemente es porque todo lo que me dice, todo lo que piensa sobre mí, es tan perfecto que no me lo termino de creer y pienso que es una mera artimaña "para seducirme" (xD).
Supongo que esto puede resultar contradictorio (como tantas otras cosas en mí) con respecto a lo que confesaba en la entrada anterior. Lo sigo pensando. En el fondo, creo que sólamente estoy probando a ver hasta dónde puede llegar esto. Creo que la historia con este chico me produce cierta intriga. Saber si es una simple estratagema o, en caso de que todo esto fuera sincero, descubrir cómo ha llegado a sacar todas esas conclusiones tan acertadas sobre mí habiéndonos visto dos veces y hablando por teléfono alguna que otra vez.

¿Me saldrá bien la jugada?

30/11/11

Confesiones íntimas IV.

Llegar a la conclusión de que nadie podría ser feliz a tu lado es realmente jodido. Para ser exactos, es muy jodido.
Muchísimo.


 Pero que las únicas dos personas con las que decides compartir tu angustiosa conclusión existencial no te den unos argumentos que resulten contundentes para rebatir el asunto… acaba de hundirte por completo.

22/11/11

Experiencias VI.

Cinco meses después puedo decir que tengo en mi poder la revista que contiene tres páginas escritas por mí. Mandé mi artículo a finales del pasado mes de agosto y a mediados de septiembre me contestó la jefa de redacción comunicándome que lo había leído y que le había gustado mucho, tanto que le había dado paso a la directiva para que aprobara su publicación en el número del mes siguiente. Recibí correos de varios componentes del equipo de redacción de la revista para felicitarme y para agradecerme que hubiese accedido a la propuesta que me habían hecho meses antes.
La semana pasada, mientras operaban a mi abuelo para ponerle un marcapasos, coincidí en el hospital con una escritora que mantiene amistad con algunos miembros de mi familia. “Casualmente” (supongo que debería ser causalmente, porque yo no creo en las casualidades), me había llevado la revista para que leyeran mi artículo, como me habían pedido. Ella también lo leyó:
- “Es ameno y al mismo tiempo profundo… transmite paz. Podrías perfectamente escribir una novela con este mismo estilo; lo tuyo es la narrativa (…) No pierdas tu sensibilidad; hay muchos escritores que escriben bien, pero no consiguen transmitir emoción, y tú lo haces de una forma espectacular”.
Teniendo en cuenta, junto a esta crítica, que el curso pasado dos de mis profesores me felicitaron por un trabajo autónomo que realicé y coincidieron en que “escribía muy bien y que era algo bastante llamativo porque era muy poco habitual entre el alumnado universitario”, igual debería empezar a tomármelo en serio.

13/11/11

Reflexiones VII.

Por qué escribir:

“No hay ni un solo escritor en el mundo al que no le hayan hecho cien veces esta pregunta. Los escritores contestamos como podemos: unos, con una solemnidad embustera (valga la redundancia); otros, con un chiste laboriosamente excéntrico; otros, con lo que han contestado otros escritores; otros, mirando a quien formula la pregunta como si fuera el tipo más imbécil de la OTAN y murmurando con gesto de asco que la pregunta no es pertinente (cuando la triste verdad es que no se le puede hacer a un escritor una pregunta más pertinente que ésa); la mayoría, me temo, mintiendo como perros. Me avergüenza confesar que hasta hoy he incurrido en todas esas infamias, pero sobre todo en la última; me enorgullece proclamar que eso se ha acabado en este mismísimo momento, gracias a la gentileza inaudita de este periódico, que me paga religiosamente cada mes por escribir tonterías, me dispongo a decir la verdad, toda la verdad y etcétera. Con todas sus consecuencias. Pero atiendan bien, porque es la última vez que la digo:

Escribo porque me encanta que me pregunten por qué escribo. Escribo porque me aburro y porque si no escribiera me aburriría muchísimo más. Escribo porque escribir no sirve absolutamente para nada y sin embargo mientras escribo tengo la absoluta seguridad de que sirve absolutamente para todo. Escribo porque absolutamente nada tiene ningún sentido y sin embargo mientras escribo absolutamente todo parece tener un sentido absoluto. Escribo para leer mejor y también para dejar de vez en cuando de leer; porque el mucho leer embota (esto último lo dijo Nietzsche, que escribía pensamientos paseados). Escribo para escribir algún día un libro paseado. Escribo porque a los ocho años leí Pimpinela escarlata y desde entonces no he hecho otra cosa que intentar plagiar esa novela. Escribo porque a los 15 años yo era un salido y un día otro salido que además era un cabrón me dijo que escribiendo se ligaba, y cuando descubrí que me había engañado ya era demasiado tarde para quitarme el vicio. Escribo porque a los 15 años yo tenía una profesora radiante: un día la interrumpí en clase al grito de que estaba buenísima y ella, que estaba explicando a Borges, me expulsó de clase y yo me impuse como penitencia la lectura de las obras completas de Borges, cosa que todavía no he terminado de hacer y que no creo que termine de hacer nunca, porque en realidad es imposible. De más está decir que escribo porque a partir de los 15 años no me ha pasado absolutamente nada que tenga algún interés. Escribo porque me pagan por escribir tonterías. Escribo porque todavía no he encontrado una forma más decente de ganarme la vida. Escribo (me explico) porque no sé hacer nada útil, ni siquiera atarme los cordones de los zapatos: si supiera curar a los enfermos, no escribiría; si supiera rematar en plancha un libre indirecto, créanme, no escribiría. Escribo porque sí y porque me da la gana, y a quien le parezca mal que me lo diga en la calle. Escribo para poder pensar (esto, creo, lo dijo Cabrera Infante). Escribo porque cuando escribo tengo la impresión acusadísima de que soy una persona inteligente y también de que todos los que me rodean son todavía más inteligentes que yo, sólo que ellos no se dan cuenta.
Escribo para que me lea mi madre, que es la única que me leía cuando no me leía nadie y que me leerá cuando ya nadie me lea (¡un abrazo, mamá!). Escribo para que me lean dos tipos que están muertos y dos o tres que todavía están vivos. Escribo para que me lea usted (¡sí, usted, el de la tercera fila, no se esconda!). Escribo porque escribo como Dios (esto, Dios me perdone, es mentira). Escribo porque no creo en Dios. Escribo porque en un mundo sin Dios, escribir, como reírse (pero esto lo dijo Kafka), es casi una obligación moral, o quizá metafísica. Escribo para llevar la contraria, pero todavía no he descubierto a quién. Escribo para entender cosas que sé que no hay manera humana de entender, con la esperanza de que ese esfuerzo fracasado por entenderlas sea ya una forma de entenderlas. Escribo porque la vida es una mierda, y los hombres, un hatajo de indeseables y de cobardes, pero cuando escribo salgo a la calle cantando canciones tirolesas y sintiéndome John Wayne y con ganas de abrazarme al primero que pasa y echarme a llorar de tristeza en su cuello. Escribo porque si no escribiera no tendría ni un solo motivo para respetarme, muy pocos para levantarme por la mañana y casi todos para convertirme en un peligrosísimo oligofrénico, de lo que se deduce que el Estado debería subvencionarme para que siguiera escribiendo. (No escribo, por cierto, para que me quieran más: las personas que me quieren me querrían igual si no escribiera, y las personas que no me quieren no me querrían ni aunque dejase de escribir). Escribo para joder a los que no quieren que escriba y para alegrar a los que quieren que siga escribiendo. Escribo porque, entre nosotros, escribir mola (esto, seguro, debió de decirlo alguien, probablemente un chino). Escribo por todas estas cosas y por muchísimas más. En realidad, escribo por casi todo, porque cualquier excusa es buena para escribir. A veces (Dios me perdone) he llegado incluso a escribir para hacerles creer a quienes me leen que no quiero que me pregunten nunca más por qué escribo.”

10/11/11

Dilemas internos X.

Tengo congelados en mi baúl mental – en mi memoria- todos esos momentos indescriptiblemente intensos que hemos protagonizado desde aquella primera vez. Cada vez que volvemos a vernos es como si se desencadenase una sucesión de imágenes de esas veces anteriores, abrasivas e inductoras de consternación.
No entiendo qué me ha pasado contigo, pero creo que inconscientemente voy desistiendo de poder darle un sentido racional. No sé cómo debo reaccionar ante lo que siento en esos instantes de miradas sostenidas e irremediablemente sugerentes. Pero lo que sí sé es que ya he perdido la cuenta de cuántas veces he deseado besarte o decirte que me encantas y que todo lo demás no es tan importante.
Ayer, mientras avanzaba por el pasillo hacia donde estabas, sentí una especie de parálisis progresiva en mi frecuencia cardiaca hasta que fuiste a encontrar mi mirada, anticipada a la tuya, y ambas se fusionaron en el tiempo, detenido ya por completo. Es probable que esté loca, pero juraría que lo que me anula es esa certeza que aflora quién sabe de dónde y de qué manera, que me dice que ambos sabemos exactamente cómo es el otro a través de ese lenguaje abstracto que hemos creado sin pretenderlo – o sí-, y nos lleva a plantearnos la posibilidad de que quizá seamos esa persona a la que llevamos necesitando hace tanto.

8/11/11

Reflexiones VI.

"Lo importante no es dejar de preguntarse. Basta con comprender una pequeña parte del misterio cada día."

31/10/11

Confesiones íntimas III.



En días como hoy tengo la sensación de que no soy. No soy Yo. No soy mis pensamientos y emociones, ni mis deseos. Es como si me convirtiera en un puro centro de percepciones conscientes; un testigo inmóvil de todos esos pensamientos, emociones y deseos.
Es bastante desconcertante, pero sigo sin saber qué hacer…

24/10/11

Reflexiones V.

"El crecimiento de la pareja no se basa en dos medias naranjas que se "necesitan", sino en dos naranjas enteras que se relacionan desde su plena singularidad".


- Vamos, que no estoy en este mundo para cumplir con las expectativas de alguien, ni tú tampoco. Estamos aquí para ser nosotros mismos y, si por casualidad nos encontramos, puede ser maravilloso; si no, no puede remediarse.

17/10/11

Match Point.

Aquel que dijo "más vale tener suerte que talento", conocía la esencia de la vida. La gente tiene miedo a reconocer que gran parte de la vida depende de la suerte -asusta pensar cuántas cosas escapan a nuestro control-.
En un partido hay momentos en que la pelota golpea con el borde de la red, y durante una fracción de segundo puede seguir hacía delante o hacía detrás. Con un poco de suerte sigue hacía delante y ganas, o no lo hace y pierdes.
(...)
Nola: - Bien… ¿Quién es mi próxima víctima?¿Tú?
Chris: - Hace mucho tiempo que no juego al ping pong.
Nola: - ¿Quieres jugar a 1000 libras el partido?
Chris: - ¿En dónde me he metido?
(La chica le hace un saque al protagonista, y éste que había sido jugador profesional de tenis le hace un remate imparable).
Nola: - ¿Y en dónde me he metido yo?
Chris: - (Sonríe) Es así... ¿me permites? (le coge de la mano y la raqueta).
Nola: - Por favor...
Chris: - (Le sostiene la mano) Hay que inclinarse y acompañar la pelota...

Nola: - Me iba bastante bien hasta que has aparecido tú.
Chris: - Ah, mi eterno destino. Y dime, ¿qué hace una preciosa americanita jugadora de ping-pong mezclada con la clase alta inglesa?
Nola: - (Enciende un cigarillo) ¿Te han dicho alguna vez que tienes un juego muy agresivo?

Chris: - (Sonríe) ¿Te han dicho alguna vez que tienes una boca muy sensual?
Nola: - De lo más agresivo...
Chris: - Lo mío es competir. ¿resulta molesto?
Nola: - Tendré que meditarlo un rato...                                               
(...)
Chris: - No quiero molestarte.

Nola: -Necesito una copa.
Chris: -Me gustas cuando bebes, te vuelves coqueta...
Nola: -¿En serio?
Chris: -Sí, y segura.
(...)
Nola: - No creo que hayas hecho bien siguiéndome hasta aquí.
Chris: -¿Te sientes culpable?
Nola: -¿Y tú?
Nola: -No podemos hacer esto.
Chris: -Ya lo sé.
Nola: -Esto no lleva a ningún sitio.
(...)

3/10/11

Dilemas internos IX.

Estás dejando escapar a alguien muy importante para ti. Y se aleja sin remedio...
¡Reacciona!

30/9/11

Reflexiones IV.



"A veces miro el mar, ese eterno movimiento, pero dos ojos son pocos para esa inmensidad y comprendo que estoy solo. Y paseo por el mundo y me doy cuenta de que dos piernas no bastan para recorrerlo todo..."

25/9/11

Liv Tyler.


"No me obsesiona mi cuerpo, amo cocinar y comer. Pero, si no tengo cuidado, puedo ser considerada como la 'gordita' en las filmaciones. Eso es lo bueno de no vivir en Hoollywood, amo poder estar en pijamas en mi casa durante todo un dia si quiero."

"Soy una persona a la que le encanta estar con su familia y en seguida echo de menos mi casa."

24/9/11

Surrealismo en estado puro.

Ojalá pudiera borrar de mi memoria este día.
Me dirigía a la facultad para la revisión de un examen cuando empecé a sentir náuseas. Estaba mareada. Al llegar lo primero que hice fue ir al baño por si necesitaba vomitar, pero descubrí que nadie había tirado de la cisterna. No funcionaban o no sé qué pasaba (porque agua sí había). Justo en ese momento entró una profesora:
- ¿Te encuentras bien?
- No… Estoy mareada… Tengo angustia…
- Estás pálida. Ven a tumbarte en un banco…
Me tumbo.
- ¿Qué te ha pasado?
- No sé… he empezado a tener náuseas y a sentirme mareada de camino a la facultad. Venía a la revisión de un examen… Pero ya llevo unos días con mal cuerpo, cólico y vómitos…
Después de un rato, mi profesor sugiere llevarme a urgencias. Tras unos minutos, en vista de que no me recupero, acepto, a pesar del apuro que sentía al ocasionarle ese trastorno.
Me atienden. Deciden hacerme un análisis de orina y otro de sangre. Me toman la tensión y la temperatura. Me hacen radiografías del tórax.
Cuatro horas de hospital, entre unas cosas y otras.
Por fin localizo a mi tía, pero estaba de viaje. Me dice que no me preocupe, que va a llamar a mi prima.
Todos los resultados de las pruebas son normales.
Me mandan una pastilla para evitar las náuseas y los vómitos, y paracetamol. Y el lunes tengo que volver.
Mi profesor y yo nos sentamos en unos bancos que hay en los jardines del hospital mientras esperamos a que llegue mi prima a recogerme. En eso que aparece su mujer-amiguita-o-ligue (no sé muy bien lo que era).
A los cinco minutos:
- Pues yo no sé por qué tenemos que estar aquí a estas horas. Yo la veo estupendamente. Tú no eres consciente de que es tu profesor. Si una hija está mala que esté su madre, o su padre, o su tía o quien sea. Etc, etc.
Tardo en reaccionar.
- Señora, para su información no soy de aquí. Mis padres no están aquí, pero no se preocupe que mi prima está a punto de llegar. ¡A lo mejor no llamo a mis padres porque no me apetece preocuparles por algo que ni siquiera sabía si era grave!
- Ya, pero él es tu profesor. ¿Tú no sabes que tiene cosas que hacer?. Su trabajo. Haber llamado a tu madre para que viniera, pero… vamos, yo creo que esto es un poco de cuento. Etc, etc.
- Qué poca sensibilidad. Perdone, ¡pero usted no tiene ni idea de qué va mi vida ni de cuáles son mis condiciones de salud! ¡Si no llamo a mi madre es porque hay gente que sí piensa en los demás, no como usted, y quieren evitarle un sufrimiento innecesario a otra persona!
Y es verdad que es mi profesor y soy consciente del trastorno que esto ha podido suponerle, pero ha tenido la consideración de ayudarme en un momento en el que no me encontraba bien y estaba sola. ¡Se lo he agradecido muchas veces a lo largo de la mañana!
Etc, etc.
Lloraba, me costaba respirar, lloraba, lloraba.
La cabeza me iba a estallar.
- Vállese, no quiero que tenga más problemas por mi culpa. Perdóneme por todo esto. Usted ha sido muy bueno conmigo y se lo agradezco mucho. No se preocupe, no voy a cambiar mi concepto sobre usted por esto.
Discutieron.
Se esperaron hasta que llegó mi prima.
Me he sentido toda la tarde como una auténtica mierda.
Joder, ¿cómo puede haber gente con ese nivel de retorcimiento y falta de sensibilidad?
Vale, podría haberme buscado la vida yo sola, y desde luego si hubiese tenido una mínima intuición de que iba a ocurrir algo de estas características lo habría hecho.
Ahora lo que más me preocupa es que el lunes o martes tendré que ir sin falta a la revisión de ese examen… Y, sinceramente, no sé cómo voy a enfrentarme a esa situación de tenerle delante. No sé qué cojones va a pasar.

19/9/11

Dilemas internos VIII.


- ¿Ves esas fotografías? Pues te parecerá que me he vuelto loca, pero lo cierto es que me muero por estar a esa distancia de tu boca...

17/9/11

Dilemas internos VII.

Creo que ya va siendo hora de admitir que tengo un problema. Un problema muy serio. Y lo peor es que esta vez no responde a ninguna influencia externa. No es como cuando puedes señalar a alguien. No es como cuando te sientes aliviada al pensar que no te lo mereces, que no tienes la culpa.
Esto me pasa por gilipollas, por haber dado lugar a estar aproximadamente un año sin actuar de una forma lo suficientemente contundente como para acallar mi incertidumbre mental. Y ahora se ha instalado en mí. Permanentemente.
Es insoportable.
A veces incluso tengo la sensación de que me he vuelto un poco neurótica. Y es tan surrealista que me lo deba a mí misma…
Joder.
Voy a comenzar este curso con el firme propósito de hablar claramente con él. Sin medias verdades o sutilezas lanzadas al aire para que las recoja.
Ha llegado el momento de la verdad. Por fin.

31/8/11

Cartas.

Es lo único a lo que puedo recurrir en estos momentos, pero no sé qué pretendo exactamente al escribir estas palabras. Estas palabras inútiles, cuando lo único que quiero en realidad es estar a tu lado. Decírtelo personalmente. Poder abrazarte.
Han pasado dos años… Y sigo llorando cada vez que leo esos mensajes y correos electrónicos.
Hubo un día en que me dí cuenta de que yo no podría hacerte feliz. Fue horrible llegar a esa conclusión. Te lo aseguro.
Después no sabía qué hacer, pero tenía claro que debía tomar una decisión; y era inevitable que fuese dolorosa, pero escogí la que pensé que resultaría menos destructiva para ti.
Supongo que esta distancia que siempre ha existido entre tú y yo hace que mis palabras pierdan credibilidad ahora, pero nunca fue mi intención hacerte daño. Te quería de verdad, a pesar de que mi comportamiento te hiciera pensar lo contrario.
Quería que fueses feliz; lo necesitaba intensamente. Tanto que me distraje y perdí un poco la conciencia de mí misma, la noción de mis circunstancias.
Ese fue el error.
Unos meses antes de llegar a mi conclusión, dijiste esto:
(…) “Yo esperaba que cambiara algo cuando vinieras aquí. Que viera las cosas de otra manera, no sé, más claras. Porque tú eras lo único bueno que podía pasarme, todo lo demás parecía abocado al fracaso. Contigo todo había ido bien desde el principio, y no sé, creo que volqué todas mis esperanzas en ti. Pensé que si sólo eso salía bien todo lo demás dejaría de ser importante. Porque eso al fin y al cabo es lo que he querido siempre, lo que nunca había pensado que podría ocurrirme a mí. Ahora tenía una posibilidad. Y eso has sido tú siempre: una posibilidad. La única posibilidad. La promesa de un cambio, un cambio a mejor. "Por fin va a llegar, después de tanto tiempo". Es algo muy simple, en realidad. Una chica que se interesa por mí, una historia de amor, una relación, eso es todo. Realmente no importaba que fueras tú, precisamente tú, me habría agarrado a esa posibilidad si se hubiera presentado en cualquier otro momento. Pero nunca se presentó. Y yo tampoco hice nada para que se presentara.” (…)
Te hacía falta una chica menos problemática que tú, más estable, que restara dramatismo a tu vida y a tu situación psicoemocional. Y no era –soy- yo. Detrás de esa chica dulce y alegre había una historia insospechadamente omitida.
Hubo cosas que no te conté, casi todas relacionadas con mi estado de salud y mi entorno familiar. No fue falta de confianza, ni tampoco vergüenza. No sé qué fue. Tal vez simplemente no surgió un buen momento, tal vez no supe cómo explicártelo.
Y decir que lo siento ahora no sirve de nada, pero ya no puedo hacer ninguna otra cosa
De todas formas tu posibilidad no era yo, y el hecho de que te fueras con esa chica me lo confirma. Pero eras –y eres- alguien muy especial para mí. Te lo dije siempre.
Era extraño, ¿sabes? Porque me sentía tan identificada contigo… que era como si tuviese que “salvarte” a toda costa. Porque así de alguna manera también me salvaba a mí misma.
Esa era la diferencia, que a mí no me valía cualquier otro. Solo tú.
No soy capaz de expresarlo de una forma más concreta, porque todo esto tiene una base puramente irracional y además no sé si te conocía tanto para sentirlo como una certeza tan absoluta. Pero el caso es que era así.
Fue triste asumir que no sabrías los verdaderos motivos que me llevaban a actuar de aquella manera; saber que para ti sólo iba a ser una chica egoísta y cruel que te dejó destrozado sin explicarte nada. Pero aún hoy creo que haberte dado a conocer de qué va realmente mi vida te hubiese hecho más infeliz de lo que eras ya. –Porque esa chica que era “tu única posibilidad” en realidad no iba a ser la solución a nada-. Y eso quería evitarlo, si podía. Lo tenía muy claro. Bastante decepcionado de la vida estabas ya.
Solo quiero que sepas que no he dejado de creer en ti –en tu potencial- ni un solo momento. Y que no lo haré nunca.
Gracias por haberme hecho vivir momentos tan bonitos y llenos de intensidad e ilusión, y por haber sido algo así como una fuente de energía vital.
Espero que ahora seas feliz.

29/8/11

Suceso inesperado III


La verdad es que ahora mismo me cuesta encontrar las palabras que puedan expresar lo que siento. Son las dos de la madrugada, pero la conmoción me impide conciliar el sueño.
No me atreví a mirar tu cuerpo inerte, inmóvil. Vacío de ti.
Perdona mi egoísmo, pero fui incapaz de soportar la idea de conservar ese recuerdo como el de la última vez que te vi. Prefiero pensar en aquella conversación que tuvimos en el hospital, sentada a tus pies en la cama.
Me encantaba escucharte, reflexionar sobre tus reflexiones. Eras de las pocas personas con las que me sentía realmente cómoda. Porque podía mostrarme tal como soy, hablar de lo que quisiera y expresarme con absoluta libertad. Por eso nunca te olvidaré.
Me admirabas, y no sé exactamente por qué, pero saberlo me basta para tomarlo como una razón por la que seguir hacia delante. Para esforzarme por conseguir mis objetivos.
Te quiero.

28/6/11

Viajes II.

                           
 










Nota: Todas las fotos fueron tomadas por mí.

Londres 2011

22/6/11

Cotidianidad II.

Hombres que te siguen, a las 11:00 horas de la mañana, en plena calle. Y… ¿para qué? Para decirte “eh, tú y yo nos conocemos, ¿a que sí?”. Creo que nunca en mi vida he sido tan breve y clara al mismo tiempo, a la par que contundente: “No”. “Sí, sí, estoy seguro de que te conozco, a mí no se me olvidaría una chica tan guapa como tú”. Aceleré mi ritmo y le ignoré totalmente.
Lo más gracioso es que iba con unos leggins y una sudadera (eso sí, de un color turquesa precioso), en plan deportivo. Vamos, no es el típico atuendo con el que pensarías que vas a llamar la atención.
Pero eso no es todo. Lo mejor me esperaba al día siguiente, al entrar en el autobús:
Todos los asientos estaban ocupados, asi que me quedé de pié, al igual que muchas otras personas. De repente, me percato de que hay un hombre detrás de mí, muy pegado. No me entusiasma el tema, pero, en fin, es a lo que te expones si decides usar el autobús de línea.
Y entonces… tu culo percibe, a pensar de las telas que se interponen, un pene, más o menos erecto y de buen tamaño. Intentaba echarme hacia delante, pero no podía mucho, porque había mucha gente, asi que tuve que aguantar todo el camino, hasta llegar a la parada en la que me bajaba, que ese tío me restregara su pene en el culo todas las veces que le dio la gana, como quien no quiere la cosa…
En fin, muy fuerte.

19/6/11

No sé qué hacer con esto:

"-¿Cómo no quieres que te quiera? Tu forma de pensar, tu seriedad, me pasmó; me enamoraron tus expresiones, tu forma de ver la vida y el buen corazón que tienes. Tus ojos me cautivaron posteriormente, tu voz, tu risa y no hablemos de tu culo. ¿Crees que no es para estar enamorado locamente de ti? ¿Crees que es para no desear estrecharte entre mis brazos a cada momento y recorrer tu cuerpo poro a poro?
… Me tienes que vivo sin vivir en mí.
Puedo ser importante para ti como esa persona con la que hablas de vez en cuando y te identificas con ella, esa persona con la que abres tu mente y corazón con total libertad. Eso es una cosa, y entiendo que también se considere importante, muy importante. Pero la cara de pánfilo que se me queda cuando hablo contigo, cuando siento tu risa, cuando miro tus ojos… también es por algo…
Para mí no eres una persona de 22 años, sino una mujer, adulta, madura. Una persona maravillosa con la que me siento feliz. Mi planteamiento es muy distinto al que tú puedas tener y tengo que tener cuidado con mis sentimientos, sujetarlos, no dejar que se desboquen.
Puedo quererte, pero si empiezo a amarte… será muy peligroso, y creo que ya lo hago. Estás muy dentro de mí, pero sé perfectamente, a pesar que tú digas lo contrario, que existe un abismo entre tú y yo insalvable, y por mucho que quiera saltarlo... caeré al vacío."

8/6/11

Curiosidades II.

                   He puesto un póster como éste en mi habitación.


¿No es precioso?

5/6/11

Experiencias V.

A lo largo de toda mi trayectoria académica, me han encomendado diversas tareas en las que tenía que hablar en público, desde hacer de presentadora a elaborar y comunicar el discurso de graduación. En la etapa universitaria es bastante frecuente la exposición de trabajos, aunque en estos casos ese “público” son tus compañeros de clase y el profesor. Pero lo de ayer no tuvo precedentes, porque hablé para 300 personas, aproximadamente, sobre mi experiencia vital concreta. Fue increíble.
Cuando terminé se acercó muchísima gente, algunos emocionados, otros deseosos de intercambiar opiniones o de pedirme que hablara con algún allegado, como pensando que quizá así les convencería de que la vida merece la pena, aun con sus adversidades y momentos de angustia. Incluso se acercó la directora de una revista para preguntarme si estaría dispuesta a escribir un artículo.
¿Qué puedo decir? Yo soy feliz, en general, pero ayer lo fui intensamente.

10/5/11

Vaivén comentarístico.

Jonás: Sabes escribir, pero no dices nada interesante.
Yo: Te agradezco la franqueza, Jonás. Todo lo que tengo que decir al respecto es que si la finalidad de mi blog fuese "decir cosas interesantes", probablemente no hablaría de mi angustia existencial/emocional. Soy consciente de que a la mayoría de la gente no le interesa esa "basura incandescente". Lo que quiero decir con esto es que no escribo para que me lea nadie, sino para vaciarme un poco mental y emocionalmente.
En cuanto a ti, te diría algo que me aconsejaron a mí hace tiempo: simplifica tu estilo. Es decir, no quieras hacerlo tan "literario", porque el efecto final se torna demasiado intrincado y recargado.
Aun así me gusta leerte, y por ello seguiré haciéndolo.
Jonás: Resulta gratuito, para la honra y el espiritu y la autoestima y la razon y los juicios morales, que uno lleva consigo, criticar a otra persona anonima, desde el anonimato.
Mantenemos incorruptibles nuestros principios, porque no hemos enfrentado el principio a la autoridad de una llama, ni hemos visto de someter nuestro orgullo al transito de la miseria.
Entiendo, senyorita, que pretenda rebelarse ahora desde su adolescente anonimato como la mayor de las rivales de Roma.
Espero no ser yo quien, en algun momento de su vida le recuerde, que el Imperio no puede ser comprendido, no puede ser abarcado, no puede ser gobernado, es el continente que todo lo contiene.
Tal vez, demasiado literario?
Un beso, sin negacion alguna de su extranya belleza, de un humilde provocador de odios y afectos.
Yo: Veo que no interpretaste bien que indicara el término literario entre comillas (verás, no las uso por gusto). Quería decir algo así como semiliterario, y sólo si tengo en cuenta el contenido, ya que veo que no estás muy puesto en cuanto a reglas de puntuación. Tampoco veo que estés muy puesto en cuanto a enmarcar a una persona en su etapa vital, ya que, según la OMS, la adolescencia es “el período comprendido entre los 12 y 19 años”, y mi edad no se encuentra dentro de ese intervalo. Para ser exactos, y remitiéndome a estos datos, mi etapa vital actual es la juventud.
Siento desmontar tu argumento “adolescente”.
Por otro lado, me parece desmedido por tu parte decir que “vengo a rebelarme”, aunque entiendo que no puedes apreciar el tono con el que te dirijo mis palabras. En cualquier caso, deberías verlo como un mero intercambio de ideas y opiniones, en tono “apreciativo” (de apreciación). Ni más ni menos. El problema es que tú emites críticas (sin maestría ni delicadeza alguna, por cierto, por muy gratuitas que sean) y sin embargo no las admites; lo cual, junto a tu falta de tacto verbal, puede resultar irritablemente pedante incluso para mí, que poseo un alto nivel de tolerancia.
Por último, y sin ningún tipo de acritud (como en todo lo anterior), soy alguien que no alberga odios dentro de sí. No he odiado a nadie en mi vida, ni creo que lo haga en el futuro. Al margen de que me parezca un sentimiento sin atractivo, creo que no estoy configurada emocionalmente para poder sentirlo. En todo caso, podría decir que siento cierta compasión hacia tu ruda frustración, lo cual me conduce a dedicar tiempo a escribir esto.
Jonás: Y que estudias?
Y por que publicas?
Y donde publicas los textos que alguien te recomienda, quien por cierto (bueno eso en realidad no me importa) adocenar?
Y por que no los publicas?
Cuentame algo?
Y por que no?
Vale, ya me callo...
Yo: Demasiadas preguntas, ¿no te parece? Todo lo que diré al respecto es que mi actividad en este blog no está basada en “publicar los textos que alguien me recomienda” (de hecho, no disfruto de muchos “recomendadores”). Todas las publicaciones que se indican entre comillas son extractos de libros (en su mayoría) que me han gustado especialmente por uno u otro motivo, al igual que todo lo demás: vídeos, canciones, películas etc. En el caso de los libros, no indico la fuente, como ya expliqué en algún comentario, porque no me gusta dar pistas. No me apetece, simplemente. Uso mi blog para lo que me apetece, como el resto de la gente.
Y, en general, publico y comencé un blog por la simple razón de que un día aparece un chico que te encanta y al que admiras por su talento, y además dice que por qué no te haces un blog. Hasta que sucumbes a su petición y dejas de escribir en una libreta, como llevas haciendo desde los once años.
La vida es así.

9/5/11

Confesiones íntimas II.

- Cuando te conocí realmente, después de tantos años, me di cuenta de que nunca me atraería un hombre con ojos azules. Porque todos me recuerdan esa mirada, cínica y degenerada, que me dolía tanto. Tanto que ni siquiera era capaz de gritarte. El dolor de la decepción inmensa y profunda. Tuya. La agonía de lo irreversible.
Y, sin embargo, todavía no sé cómo dejar de quererte, cómo conseguir que no seas un referente tan primordial para mí. Porque, de alguna manera, me diste la vida y cuando más la necesitaba te la llevaste. Y me quedé huérfana de ella y de ti, al mismo tiempo. No estaba preparada, obviamente, pero eso no era tan importante como cebar tu infinita lista de frivolidades.

Supongo que eso explicaría que a día de hoy me atraiga ese hombre de ojos almendrados que tiene casi tu misma edad. Sí, qué escándalo tan absoluto. Pero es tan sencillo, en realidad: Me da toda vida que tú me quitaste.

5/5/11

Diálogos reveladores V.

(…)
"- No sé si hubiese sido mejor dejar las cosas como estaban.
De nuevo ella se vio sorprendida por lo inesperado del comentario. Se incorporó de la cama y lo miró con los ojos muy abiertos.
- De eso nada, teníamos que hacerlo real.
Volvieron a besarse. Se abrazaron y pasó un tiempo de silencio, que él rompió:
- ¿Cómo crees que soy?
- No lo sé realmente. No te conozco mucho.
- Pero dime algo…
- Si te lo dijera estaría inventándote.
- Aun así hazlo. Dime cómo soy.
- Eres como un calamar. Constantemente envuelto en tinta para no darte a conocer. Te enmascaras. Y cualquiera que esté contigo tiene que aprender a verte a través de la oscuridad. Eres como un pantano de arenas movedizas. Necesitas a alguien que no se deje acobardar por la falta de seguridad que pones bajo sus pies.
También eres como un erizo de mar. Lleno de púas por fuera, pero en tu interior, blando, sensible y exquisito. Necesitas tu concha, tender esa alambrada a tu alrededor para soportar el impacto de lo áspero, para sobrevivir en la dureza del territorio de la vida.
- A mí me gusta jugar, pero hago daño a los demás.
Parecía un niño cogido en falda. Un niño con sentimiento de culpa, justificando sus travesuras. Ella se conmovió. Y lo amó más que nunca. Pero no se dejó engatusar por aquella mirada dulce.
- Pues juega limpio.
Él sonrió."
(…)

28/4/11

Dilemas internos VI.

"La diferencia entre lo que quieres y lo que necesitas es...


                                   el autocontrol"

25/4/11

Dilemas internos V.

El consejo del mes, del año, y de parte de mi vida:

Sé una mujer.

11/4/11

Petición de amistad

- Oye, sé qué piensas que alguien de mi edad no tiene mucho que aportar a alguien de la tuya, pero me gustaría ser tu amiga. Con esto no me refiero a hablar de qué tal van las cosas una vez cada cuatro meses, o de llamarnos de vez en cuando. Lo que quiero es que confíes en mí y dejes que te ayude. Seguramente todo esto te desconcierte y no lo entiendas o interpretes del todo bien, pero el caso es que quiero cuidarte, y no lo digo porque me dé pena tu situación, sino porque te quiero.

26/3/11

Confesiones íntimas.

Tengo la sensación de que estos cuatro últimos años he estado esperando que sucediera algo. A decir verdad, no sé de qué se trata exactamente. Mi vida desde entonces se ha convertido en un mero afán por aprender, potenciar mis recursos mentales, experimentar, saber lo que se siente en situaciones determinadas que antes desconocía. Pero cuanto más conoces, más te decepcionas. Y supongo que eso ha supuesto que mi nivel de excentricismo haya ido aumentando, cada vez más. No culpo a nadie por ello, ni siquiera es algo que me incomode, pero es extraño que llegue ese día en que tomas conciencia de lo que pasa, de lo que inconscientemente esperas de la vida.

21/3/11

Diálogos reveladores IV.

- … ¿Cómo puedes vivir así?
- Perdona, pero no entiendo a qué viene esa pregunta.
- Vamos, ya sabes a lo que me refiero.
- No, te equivocas.
- No hablarle de lo que sientes, reprimir tus emociones hasta ese punto. No entiendo cómo puedes. Yo me veo incapaz de hacer eso.
- No te aconsejo que lo hagas. Busca a otra persona a la que idealizar, ya te dije que yo no era la más indicada.
- ¿De dónde sacas las fuerzas, la templanza…?
- Oye, no tengo ganas de hablar de esto. Paso de ponerme trascendental.
- Vale, pero espero que otro día lo hagamos.
- Vale.
Cuatro minutos más tarde…
- Oye, siento si he parecido borde, pero de verdad que hoy no estoy para mantener ese tipo de conversaciones. Me entiendes, ¿no? Hasta mi mente necesita descansar de los dictámenes que me autoinflijo.

15/3/11

Un poco de humor IV.

Gente que celebra El Carnaval a lo Bob Esponja:

(No sé otros, pero yo me he reído bastante al encontrarme con esto xD)

11/3/11

Imágenes emocionales II.

"Cuán duro es arrancar aquello que llevamos cosido a nuestra piel y ofrecérselo a los demás".

9/2/11

Reflexiones III.

- Todos queremos que nos encuentren, supongo, aunque sea en el último rincón de nosotros mismos creo que si es cierto que albergamos ese deseo. Pero si te soy sincera no es algo vital, por así decirlo, para mí. Sería bonito que ocurriese, no digo que no, pero precisamente por eso de que la mayoría de la gente que te cruzas en el camino está perdida... simplemente no esperas que ocurra; lo veo, digamos, como una posibilidad improbable y utópica más que como una posibilidad real.

31/1/11

Experiencias IV.

Tener que hacer un trabajo sobre el canibalismo puede que no resulte muy atractivo en primera instancia (y, de hecho, para algunos, ni siquiera en segunda instancia), pero a mí al menos me ha servido para ampliar mis fronteras mentales. Sí, me refiero a que, de no ser porque tenía que hacer este trabajo, posiblemente nunca me hubiese puesto a sacar libros de la biblioteca relacionados con el tema, ni me habría encontrado con cosas tan impactantes como la siguiente:

"Estimada señora Budd:
En 1894, un amigo mío servía como marinero de puente en el buque Tacoma con el capitán John Davis. Salieron de San Francisco con destino a Hong Kong. Una vez llegados a puerto, él y dos compañeros bajaron a tierra a emborracharse. A su regreso, el buque había salido ya sin ellos.
En esa época el hambre reinaba en la China. Cualquier clase de carne se vendía entre uno y tres dólares la libra. Los más pobres sufrían tanto que vendían a los carniceros a sus hijos de menos de doce años para que los despedazaran y revendieran. En cualquier carnicería se podían obtener, así, bistecs, costillas y filetes. A la vista del comprador, los cortaban del cuerpo desnudo de una niña o un niño. Las nalgas, que es la parte más tierna, se vendían como ternera y eran el pedazo más caro.
John se quedó tanto tiempo en Hong Kong que se aficionó a la carne humana. A su regreso a Nueva York secuestró a dos niños, de siete y once años, que llevó a su casa. Los desnudó, los ató dentro de un armario y quemó sus trajes. Muchas veces, de día y de noche, los apaleaba y torturaba para hacer más tierna su carne. Mató primero al mayor, pues su culo era el más carnoso. Coció y devoró cada parte de su cuerpo excepto la cabeza, los huesos y los intestinos. El niño fue asado al horno (su culo), cocido, hervido, frito y guisado. El niño menor pasó a su vez por lo mismo.
En esa época, yo vivía en el 409 de la calle 100 Este, cerca del lado derecho. John me hablaba tan a menudo de las delicadezas de la carne humana que me decidí a probarla. El domingo 3 de junio de 1928 fui a casa de usted, en el 406 de la calle 15 Oeste. Lleve queso y frutas. Comimos juntos. Grace se sentó sobre mis rodillas para darme un abrazo. Decidí comérmela. Me inventé un cumpleaños y ustedes le dieron permiso para que me acompañara. La llevé a una casa abandonada de Westchester en la que me había fijado. Al llegar, le dije que se quedara fuera. Cogió flores silvestres. En el primer piso, me desvestí completamente para evitar las manchas de sangre. Cuando lo tuve todo listo, me acerqué a la ventana para decirle a Grace que subiera. Me oculté en un armario hasta que llegó. Cuando me vio desnudo se echó a llorar y quiso huir. La alcancé y me amenazó con decírselo todo a su mamá. La desnudé. Se defendió mucho, me mordió y me hizo algunos rasguños. La estrangulé antes de cortarla en pedacitos para llevarme a casa su carne, cocinarla y comérmela. No pueden imaginar cuán tierno y sabroso estaba su culito asado. Tardé nueve días en comérmela por completo. No me la tiré, aunque hubiese podido hacerlo, de haberlo querido. Murió virgen."

Esto está escrito por un psicópata, consciente de lo que hace y lo que dice. No es, por ejemplo, un enfermo de esquizofrenia o un paranoico o psicótico, que puede llegar a cometer verdaderas atrocidades impulsado por las crisis que les produce su enfermedad (pero eso, son enfermos, al fin y al cabo, y, en la mayoría de los casos, ellos mismos se entregan voluntariamente cuando toman conciencia de lo que han hecho).

29/1/11

Un poco de humor III.

"A la vuelta de una revisión médica, Juana, de cuarenta y cinco años, le dice a su marido:
- El médico me ha dicho que tengo los pechos de una joven de veinte años.
El marido contesta:
- ¿Te ha dicho algo de un culo caído de cuarenta y cinco?
- No, no hemos hablado de ti"