11/12/11

Experimento I.

Mañana he quedado con un chico que conocí el año pasado en la facultad. Fue bastante raro, y gracioso al mismo tiempo. Me saludó como si me conociera y yo, pensando que tal vez le conocía (pero no le recordaba), le saludé también. Hablamos un rato. Me dí cuenta de que no nos conocíamos de antes (xD). Me pidió mi número de móvil y se lo dí. Me llamó varias veces para proponerme vernos. Yo sabía por dónde iba el asunto, y como tenía a otra persona más interesante en la cabeza... no llegamos a vernos. Este chico me caía -y me cae- muy bien: es agradable, tiene buena conversación, es inteligente, gracioso, tiene un punto tierno y, en cierta forma, me atrae. Pero me crea cierta desconfianza. No sé si es por eso que siempre me dicen: "Tú siempre desconfías de todo lo que realmente deseas". O si simplemente es porque todo lo que me dice, todo lo que piensa sobre mí, es tan perfecto que no me lo termino de creer y pienso que es una mera artimaña "para seducirme" (xD).
Supongo que esto puede resultar contradictorio (como tantas otras cosas en mí) con respecto a lo que confesaba en la entrada anterior. Lo sigo pensando. En el fondo, creo que sólamente estoy probando a ver hasta dónde puede llegar esto. Creo que la historia con este chico me produce cierta intriga. Saber si es una simple estratagema o, en caso de que todo esto fuera sincero, descubrir cómo ha llegado a sacar todas esas conclusiones tan acertadas sobre mí habiéndonos visto dos veces y hablando por teléfono alguna que otra vez.

¿Me saldrá bien la jugada?

No hay comentarios:

Publicar un comentario