24/9/11

Surrealismo en estado puro.

Ojalá pudiera borrar de mi memoria este día.
Me dirigía a la facultad para la revisión de un examen cuando empecé a sentir náuseas. Estaba mareada. Al llegar lo primero que hice fue ir al baño por si necesitaba vomitar, pero descubrí que nadie había tirado de la cisterna. No funcionaban o no sé qué pasaba (porque agua sí había). Justo en ese momento entró una profesora:
- ¿Te encuentras bien?
- No… Estoy mareada… Tengo angustia…
- Estás pálida. Ven a tumbarte en un banco…
Me tumbo.
- ¿Qué te ha pasado?
- No sé… he empezado a tener náuseas y a sentirme mareada de camino a la facultad. Venía a la revisión de un examen… Pero ya llevo unos días con mal cuerpo, cólico y vómitos…
Después de un rato, mi profesor sugiere llevarme a urgencias. Tras unos minutos, en vista de que no me recupero, acepto, a pesar del apuro que sentía al ocasionarle ese trastorno.
Me atienden. Deciden hacerme un análisis de orina y otro de sangre. Me toman la tensión y la temperatura. Me hacen radiografías del tórax.
Cuatro horas de hospital, entre unas cosas y otras.
Por fin localizo a mi tía, pero estaba de viaje. Me dice que no me preocupe, que va a llamar a mi prima.
Todos los resultados de las pruebas son normales.
Me mandan una pastilla para evitar las náuseas y los vómitos, y paracetamol. Y el lunes tengo que volver.
Mi profesor y yo nos sentamos en unos bancos que hay en los jardines del hospital mientras esperamos a que llegue mi prima a recogerme. En eso que aparece su mujer-amiguita-o-ligue (no sé muy bien lo que era).
A los cinco minutos:
- Pues yo no sé por qué tenemos que estar aquí a estas horas. Yo la veo estupendamente. Tú no eres consciente de que es tu profesor. Si una hija está mala que esté su madre, o su padre, o su tía o quien sea. Etc, etc.
Tardo en reaccionar.
- Señora, para su información no soy de aquí. Mis padres no están aquí, pero no se preocupe que mi prima está a punto de llegar. ¡A lo mejor no llamo a mis padres porque no me apetece preocuparles por algo que ni siquiera sabía si era grave!
- Ya, pero él es tu profesor. ¿Tú no sabes que tiene cosas que hacer?. Su trabajo. Haber llamado a tu madre para que viniera, pero… vamos, yo creo que esto es un poco de cuento. Etc, etc.
- Qué poca sensibilidad. Perdone, ¡pero usted no tiene ni idea de qué va mi vida ni de cuáles son mis condiciones de salud! ¡Si no llamo a mi madre es porque hay gente que sí piensa en los demás, no como usted, y quieren evitarle un sufrimiento innecesario a otra persona!
Y es verdad que es mi profesor y soy consciente del trastorno que esto ha podido suponerle, pero ha tenido la consideración de ayudarme en un momento en el que no me encontraba bien y estaba sola. ¡Se lo he agradecido muchas veces a lo largo de la mañana!
Etc, etc.
Lloraba, me costaba respirar, lloraba, lloraba.
La cabeza me iba a estallar.
- Vállese, no quiero que tenga más problemas por mi culpa. Perdóneme por todo esto. Usted ha sido muy bueno conmigo y se lo agradezco mucho. No se preocupe, no voy a cambiar mi concepto sobre usted por esto.
Discutieron.
Se esperaron hasta que llegó mi prima.
Me he sentido toda la tarde como una auténtica mierda.
Joder, ¿cómo puede haber gente con ese nivel de retorcimiento y falta de sensibilidad?
Vale, podría haberme buscado la vida yo sola, y desde luego si hubiese tenido una mínima intuición de que iba a ocurrir algo de estas características lo habría hecho.
Ahora lo que más me preocupa es que el lunes o martes tendré que ir sin falta a la revisión de ese examen… Y, sinceramente, no sé cómo voy a enfrentarme a esa situación de tenerle delante. No sé qué cojones va a pasar.

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