22/4/12

Curiosidades V.

A April:

(Extracto de un trabajo que realicé en primero de carrera)

(...) La cuestión es que los trastornos de la conducta alimentaria, por su parte, no están socialmente bien entendidos, por lo que he podido comprobar. La gente no suele concebirlos como enfermedades mentales, que es como debería ser porque lo son, sino como una conducta, extravagante y poco ortodoxa, que se adquiere voluntariamente con respecto a la alimentación, sobre todo en el sector femenino y joven. Además, existe la tendencia a pensar que las personas que “adquieren esa conducta” son frívolas, superficiales, caprichosas y obsesivas debido a la “preocupación excesiva que sienten hacia su aspecto físico”.
Si bien es cierto que puede tratarse de chicas caprichosas y débiles a nivel psicológico, pero fuertes en cuanto a voluntad, que inician una práctica alimentaria anormal, también es cierto que esa práctica alimentaria anormal en la gran mayoría de los casos se convierte en una enfermedad; así lo acredita la definición de “enfermedad mental” propuesta en el DSM-IV, 2000 (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders): “Trastornos psicológicos de significación clínica, que van asociados a un gran malestar en el momento presente o a un riesgo incrementado de llegar a morir, padecer dolor, incapacidad o una importante falta de libertad”.
En mi opinión, este prejuicio social se hace en base a la apariencia estética de delgadez que se asocia, de manera casi automática e inconsciente, a la anorexia. Cuando se le habla a un individuo cualquiera de trastorno de la conducta alimentaria, el primer concepto al que lo suelen asociar es al de anorexia; y anorexia, a su vez, como ya he dicho, se asocia a delgadez. La delgadez, por su parte, suelen asociarla (y en parte gracias a la mala prensa de la moda, las modelos, y de la publicidad), a llevar hábitos alimentarios restrictivos; y éstos, a su vez, se les atribuyen a personas con carácter obsesivo, perfeccionista y superficial, como ya he mencionado antes. (...)

2 comentarios:

  1. Muchas gracias por el extracto. Es curioso, antes de tener el trastorno alimenticio había leído y visto documentales sobre ello. Hablaban de factores emocionales, biológicos y genéticos (esto me llamó más la atención).Pero siempre lo entendía como algo ajeno a mí, me parecían hipótesis científicas que quedaban en... meras hipótesis. Y el tiempo me ha demostrado que me equivocaba yo... y mucha gente.

    Tener un trastorno alimenticio es una pesadilla psicológicamente, pero además es un estigma. No solo lo mantienes en secreto para evitar el problema familiar o para "seguir" en ello, sino que para la sociedad es un tema morboso. La gente se gira tanto cuando hablas de sexo como cuando hablas de trastornos alimenticios. Es un cotilleo. Y encima, si no estás lo "suficientemente delgada" para que te asocien con su concepto mental de anoréxica de 30kg no te consideran enferma. A mí no me gusta tomarme como "enferma", de hecho, me costó muchísimo verlo tan siquiera como un problema, pero lo es. Y que los demás lo vean como un capricho solo ayuda a sentir más culpa aún. "Culpa" es una palabra que uso mucho últimamente, igual que "perdón". Incluso por ser demasiado alta. ;)

    Otra vez, gracias por el extracto. Me tenía "prohibido" entrar a blogger estos días, pero no pude evitar leerte y contestar. Un abrazo!

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  2. Exactamente, April. No podrías haberlo resumido mejor.
    Me hubiese gustado compartir contigo el trabajo al completo, pero no es el lugar ni el modo para hacerlo.
    Cuando se tiene un problema, es fundamental aceptarlo, y más cuando está relacionado con la salud. Sé que cuesta. Pero especialmente en el caso de los TCA, me imagino que no ayuda en la aceptación el hecho de que todo el mundo niegue/no acepte que estás enferma porque no entras dentro del perfil de extrema delgadez de 30kg.
    Y es lo que decía antes, sólo piensan en la anorexía. Pero, ¿y dónde quedan el resto de trastornos de la conducta alimentaria, esos que nada tienen que ver con la apariencia estética de delgadez?
    Me imagino que no hay mucho morbo en imaginar a una persona arrodillada frente a un váter mientras vomita comida, ni tampoco en imaginar un cuerpo al más puro estilo Falete tomando el sol en topless. Pero, sinceramente, ¿no alimentarse debidamente y hacer verdaderas filigranas para adelgazar es morboso? ¿Es morboso que una persona padezca una enfermedad por obsesionarse con ello? Ni tan siquiera puedo concebir el hecho de que se considere morbosa la delgadez en sí misma. En mi mente lo único que puedo ver es una putada tremenda por tener que vivir con ese perpetuo hostigamiento.
    A toda esa gente, te juro que me dan ganas de decirles: Con lo fácil que es llevar una alimentación sana y hacer deporte, ¿crees que la gente se mete en esos “embolados” porque se aburre, gilipollas? Qué falta de luces, joder.

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