8/7/10

Reflexiones.

(...)

"Me detuve frente a una vaca que estaba a punto de parir y comprendí que el ambarazo había sucedido dentro de su cuerpo como el lenguaje sucede dentro del nuestro. Comprendí que yo, finalmente, no era más que un escenario. La idea resultó enormemente liberadora. Quizá no seamos los sujetos de la angustia, sino su escenario; ni de los sueños, sino su escenario; ni de la enfermedad, sino su escenario; ni del éxito o el fracaso, sino su escenario...
El nombre es una prótesis, un implante que se va confundiendo con el cuerpo, hasta convertirse en un hecho casi biológico a lo largo de un proceso extravagante y largo. Pero tal vez del mismo modo que un día nos levantamos y ya somos Fulano de Tal, otro día dejamos de serlo. Tampoco de golpe, poco a poco.
- Qué raro -dijo- me parece escucharles a ustedes lo que dicen sobre mí.
Tal extrañeza respecto a su propia vida sólo podía significar que él, en parte, al menos, ya no estaba allí. Pero si no sabemos cuándo empezamos a ser Fulano de Tal, cómo averiguar en qué instante comenzamos a dejar de serlo."

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