25/10/10

Dilemas internos II.

"¿Por qué la satisfacción de los deseos entraña en la mente humana el miedo a las represalias? ¿Por qué algo tan lógico y natural habría de abrir las puertas del infierno? ¿Por qué la vida, cuando es muy dulce, parece transgredir las leyes naturales?
Los mitos universales, como el de Adán y Eva, sólo reflejan la realidad tal y como la experimentamos de forma inconsciente.


Nos movemos entre el deseo y el miedo. El deseo nos atrae hacia determinados estímulos y el miedo, en cambio, nos incita a mantenernos alejados de potenciales amenazas. El deseo vive una existencia contradictoria en nuestro interior: por una parte, la sociedad nos incita a generar y saciar los deseos de forma compulsiva, pero también nos susurra que es egoísta y hedonista entregarse a los deseos.
La inocencia y la pureza no implican la represión o la eliminación de los deseos. Barrerlos al inconsciente significa que pasan a ocupar un lugar donde se tornan sigilosos y compulsivos. Hay que desenmarañar los deseos para poder dar respuesta a las necesidades profundas con alegría, con compasión y con inteligenia. Negarlos por sistema, parapetarse contra la vida, inflige un sufrimiento no sólo doloroso sino absolutamente estéril."

2 comentarios:

  1. Cuando copies algo deberías indicar la fuente.

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  2. No me gusta dar pistas.

    Lo siento. No concibo lo que escribo en mi blog como, por ejemplo, un trabajo de la universidad en el que debo indicar una bibliografía. Aquí no pretendo "hacer lo que debo".
    Aún así, tengo mi manera particular de indicar que no se trata de un texto escrito por mí, ya que lo pongo entre comillas.

    De todos modos, gracias por la sugerencia.

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